Aliviar el dolor desde el cerebro

El dolor es una esperiencia del cerebro.

A menos que sea el resultado de un accidente, el dolor aparece después de pasarnos mucho tiempo repitiendo movimientos poco eficientes. Tenemos hábitos y los repetimos día tras días, sin darnos cuenta de que pueden estar haciendonos mucho daño.

Pero ¿cómo cambiamos la forma de movernos? El cerebro está programado para permitir unos movimientos e inhibir otros y ha integrado unos movimientos y no otros porque a lo largo del desarrollo de una persona, éstos han sido utiles para la supervivencia. El equipaje genético unido a la forma en que la persona interactua con el medio, con su entorno, da como resultado una forma determinada de movimiento que puede parecer fija e inflexible pero no lo es.

Cuando aparece el dolor, el hábito se ha convertido en un problema y es necesario cambiarlo.  Puede parecer una tarea dificil, pero es más fácil de lo que pensamos. En primer lugar, es necesario reconocer los hábitos que son dañinos, que nos perjudican y así aliviar el dolor. Después, hay que comunicarse con el cerebro, a través del sistema nervioso para que introduzca e integre otras opciones de movimiento en el repertorio natural del individuo.

El cambio es posible en cualquier etapa de la vida pero requiere que la persona se involucre en un profundo y atento proceso de aprendizaje, que es el conocimiento de uno mismo: cómo me muevo, cómo me siento cuando me muevo, qué partes de mí se mueven cuando me muevo, por qué se mueven otras partes que no necesito para ese movimiento, por qué empleo tanta fuerza para un movimiento tan pequeño, por qué se contrae X si estoy moviendo Y. Todas estas son preguntas necesarias para descubrir los hábitos que hemos adoptado a lo largo de la vida, cuáles ya no nos sirven y poder cambiarlos. Pero te garantizo que descubrir el misterio que eres tu mismo tiene un valor incalculable, no solo para aliviar el dolor, eso es solo el principio. A partir de ahí y solo desde ahí podrás desarrollar todo tu potencial como persona.

Nadie puede entender cómo te sientes cuando llega el dolor, porque es una experiencia personal e intransferible pero agradece el aviso de tu cuerpo y prepárate para el cambio

Aliviar el dolor es un proceso de aprendizaje

Ya lo decía Jung: «Quien mira hacia afuera, sueña. Quien mira hacia adentro, despierta.»

Si quieres descubrir cómo trabajamos, suscríbete y si hay algo de tí mismo que te gustaría cambiar y no sabes cómo, no dudees en escribirme. Me encantará saludarte.

Un abrazo!

Firma blog

Leave a Reply

Your email address will not be published.