Cantidad o calidad de movimiento

¿Cómo se mide la calidad de un movimento? ¿Cómo saber si un movimiento es de calidad?

Una forma de reconocerlo es mediante la cantidad de esfuerzo que empleamos al realizarlo. No es necesario mucho esfuerzo para realizar un movimiento, teniéndo  en cuenta que el cuerpo humano tiene una estructura diseñada para moverse. Si sientes esfuerzo al hacerlo, es probable que haya algunas partes de tu cuerpo que no participen o no colaboren en la realización de ese movimiento.

Insistir en hacer muchas repeticiones para descongestionar esa parte dormida no es la mejor opción.

El cuerpo humano es un sistema complejo y no hay duda de que todas sus partes contribuyen en un grado u otro al funcionamiento de la totalidad. SI una parte no funciona, otra debe redoblar esfuerzos con el consiguiente riesgo de lesión.

Invitar a moverse a esas partes que no participan es crucial para devolver al cuerpo el movimiento fácil, suave y sin esfuerzo que genera calidad de movimiento.

Ese es el objetivo de nuestro trabajo, recuperar la calidad del movimiento y para ello debemos:

  • Reconocer nuestras propias tensiones: Existe una relación inversa entre el esfuerzo que realizamos con nuestro cuerpo y nuestra capacidad de sentir, es decir, a mayor esfuerzo menos sensación.  El esfuerzo muscular genera tal ruido que hace casi imposible que podamos sentir esa parte de nosotros mismos. Es fundamental reconocer dónde acumulamos tensión en nuestro cuerpo para empezar a liberarla y reducir la intensidad de los estímulos. A menor intensidad, a menor ruido, mayor será nuestra capacidad de sentir.
  • Desarrollar la atención consciente durante el movimiento: Nuestro cerebro recibe cantidades masivas de información sensorial por segundo y debe seleccionar  qué es prioritatio en cada momento. Si prestamos atención al movimiento, si refinamos esa habilidad, nuestro cerebro será capaz de construir una imagen más clara de lo que ocurre en esa parte de tu cuerpo. Tener una imagen mental de tu cuerpo y cómo se mueve es conectar neuronas en tu cerebro que habían dejado de comunicarse.
  •  Introducir movimientos novedosos, es decir, aquellos que normalmente no haces pero son posibles. Esto genera un estímulo cerebral muy beneficioso.
  • Movimientos lentos, fáciles y sin esfuerzo. Los beneficios de los movimientos lentos y coordinados son fundamentales en las disciplinas orientales, artes marciales, tai-chi, qui-qong, así como deportistas de élite, músicos…Hay muchas razones científicas que justifican la calidad del movimiento que generan, no producen lesiones, te permiten encontrar ángulos de movimiento que no están disponibles al hacerlos deprisa y  mejoran la fluidez del movimiento articular.

Y sin estirar.

La próxima semana os contaré por qué los estiramientos musculares ayudan solo temporalmente a mejorar la flexibilidad de las articulaciones y cómo mejorar la calidad del movimiento sin estirar.

¡Buena semana en movimiento!

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