Un día me levanté de la cama y no podía moverme.
Conseguí sentarme en el filo de la cama y llegar al hospital con ayuda. El recuerdo que tengo de ese día es un movimiento lento y pesado, como si lo hubiera soñado o grabado en mi mente a cámara lenta.
Vivía yo entonces como una persona normal de mi edad, urbana y educada, es decir, con prisa, vivía con prisa. Iba al gimnasio, a trabajar, a estar con la familia o los amigos con la cabeza en otro lado, siempre pensando en la próxima tarea. Lo peor es que estaba convencida de que así era como debía ser y no reparé en mi culto a la velocidad hasta que mi cuerpo tomo la íniciativa y frenó por los dos.
Aprendí la lección
Hoy me alegra comprobar que hay un interés crecicente por cuestionar esa cultura del «hacer más cosas por minuto» y grupos como Slow Food, Slow Movement (Movimiento Lento en España), Citta Slow o Slow Fashion están promoviendo una tendencia cultural necesaria y muy saludable.
Moshe Feldenkrais aplicó el concepto del movimiento lento para mejorar la flexibilidad, la coordinación y la adaptación muscular hace más de 50 años. Y todavía hoy cuesta entenderlo, sigue siendo la norma pensar que desarrollar la fuerza muscular mejorará todos los problemas, aunque me consta que hay ya muchas voces que lo cuestionan.
En Feldenkrais siempre buscamos el movimiento lento y la razón es que al hacerlo rápido, tu sistema nervioso usa el patrón aprendido y lo repite, una y otra vez. No hay otra opción. SIn embargo, al hacerlo lentamente puedes ser consciente de lo que haces, aprender de cómo lo haces habitualmente y cambiarlo. Tu sistema nervioso es inteligente y usa la opción que mejor le conviene, siempre que le des la oportunidad de elegir y eso es justamente lo que hacemos en una clase de Feldenkrais, entrenar al sistema nervioso para que elija la mejor opción de movimiento posible en cada momento.
Si aún no has probado una clase de Feldenkrais y te gustaría, apúntate en mi lista. Estoy trabajando en una clase de audio gratuita que enviaré a mis suscriptores en breve (espero que esté disponible como regalo de Reyes). No te la pierdas.
Y si vivir con prisa, como lo fue para mí, ha sido un problema alguna vez, déjame un comentario. Me encantará leerlo.
Un saludo,